Hace décadas, la carne de caza salvaje era una parte importante de la dieta del europeo medio, pero la gente, al trasladarse lejos del campo e instalarse en ciudades, empezaron a confiar más en las carnes producidas en granjas; como la carne de vaca, cerdo, pollo o cordero. Hoy en día, las carnes de caza salvajes están disfrutando de un merecido prestigio como las alternativas sabrosas y saludables de las carnes tradicionales que se pueden encontrar en supermercados. Además de su origen totalmente natural, las carnes de caza ofrecen ventajas significativas sobre la carne roja tradicional: son perceptiblemente más bajas en grasa, calorías y colesterol que la carne de vaca o de cerdo, y en algunos casos, de la carne blanca como la de pollo.
La carne de caza es más baja en grasa saturada y calorías que la carne doméstica. La caza española se alimenta generalmente de plantas silvestres, arbustos y árboles que no contienen pesticidas, herbicidas, hormonas de crecimiento o.antibióticos. El ejercicio de la caza y el consumo de carne de caza con moderación contribuyen a una vida sana. La tabla siguiente demuestra claramente que la carne de caza es alta en proteínas, baja en calorías y baja en grasas saturadas. El consumo de la carne de caza es buena para el medio ambiente.